En 2020 todas las grandes tecnológicas abrazaron el teletrabajo con aparente simpatía. En sus comunicados corporativos y notas de prensa venían a decir que era el modelo de trabajo del futuro, su evolución natural gracias a las profesiones digitales y todo el software y el hardware que ellos habían desarrollado. El año 2021 ha demostrado, sin embargo, que en varios casos esas declaraciones eran mera impostura y que, como tan bien expresa el refranero español, en casa de herrero, cuchillo de palo.
Porque algunas de estas empresas, como Apple o Google, desarrollan multitud de herramientas para el trabajo a distancia al mismo tiempo que les dicen a sus empleados que tienen que volver a la oficina al menos tres días a la semana. Los de Cupertino, de hecho, protagonizaron este verano un sonado conflicto interno cuando Tim Cook informó a sus empleados de que el teletrabajo se acababa en septiembre, y que tendrían que regresar a la presencialidad de forma obligatoria al menos lunes, martes y jueves.
Esa medida fue vista por muchos empleados como una imposición poco coherente, porque consideraban que trabajan tan bien desde casa como lo hacían en la oficina, y algunos de ellos llegaron a irse porque consideraban que les habían puesto en la tesitura de elegir entre su bienestar familiar y su carrera profesional. Finalmente Apple no ha ejecutado su plan de regreso porque la variante Delta les obligó a posponer sus plantes de vuelta a enero de 2022. Todavía no han dicho si Omicrón hará que pospongan de nuevo el regreso.
Google retrasa por tercera vez la vuelta a las oficinas
Quienes sí han informado ya a sus trabajadores de que seguirán en remoto por culpa de la nueva variante de la Covid son los responsables de Google. Los de Alphabet -matriz del buscador- anunciaron que volverían a la oficina en septiembre, luego retrasaron esa fecha a octubre, y después a enero de 2022. Ahora, diversos medios estadounidenses recogen que los californianos acaban de comunicar a sus empleados que la presencialidad se vuelve a retrasar por Omicrón. No ha hay información sobre nuevas fechas.
El caso de Google también es destacable no porque haya creado un conflicto serio entre directivos y empleados -al menos que haya trascendido públicamente-, como Apple, sino porque da muestras de planificación deficiente, empeño en la presencialidad y pérdida de confianza en el teletrabajo.
Si no, es difícil entender cómo una empresa como Google ha tenido que rectificar tres veces sus planes de vuelta a la oficina en apenas cuatro meses, en lugar de apostar por el teletrabajo de forma indefinida hasta que se aclare realmente la situación, como han hecho Twitter o Facebook, o por un modelo mucho más flexible en el que los empleados elijan qué quieren hacer sin limitaciones, como Salesforce.
Porque los de Alphabet dijeron en mayo de 2021 que sus empleados podrían escoger entre trabajar siempre en la oficina, siempre en casa o con un modelo híbrido que combinase los dos anteriores, algo muy similar a lo que ofrece Salesforce a sus trabajadores. Pero establecieron unos porcentajes concretos para cada opción -60% de la plantilla con un modelo híbrido, 20% en la oficina, 20% en remoto-, por lo que una parte importante de sus profesionales estaba obligada a adaptarse para cumplir con esos porcentajes. La única limitación que Salesforce estableció para sus empleados es que aquellos cuyo trabajo no pudiese desarrollase a distancia tendrían que acudir a sus instalaciones cuatro o cinco días a la semana.
Alphabet fue de las primeras compañías en anunciar que sus empleados podían trabajar desde casa cuando se desató la pandemia, y sus responsables han hecho multitud de declaraciones defendiendo las ventajas del trabajo flexible. Sin embargo, sus acciones en el último año muestran que prefieren tener al grueso de sus trabajadores en la oficina y que sólo confían en el teletrabajo a tiempo completo cuando los repuntes de contagios o las nuevas variantes les obligan a ello.
Otra señal de que Google ya no confía tanto en el teletrabajo como parecía en 2020 es que en mayo de 2021 consiguió que el ayuntamiento de San José, en California, aprobase un proyecto para construir un campus tecnológico en la localidad estadounidense con capacidad para acoger a 20.000 empleados. Y una más: ese mismo mes anunciaron que reduciría el sueldo de los empleados que decidiesen trabajar en remoto desde zonas con un nivel de vida más bajo.
Microsoft se rindió a la evidencia
Microsoft también anunció durante 2021 tres retrasos en sus planes de volver a la oficina, hasta que el pasado mes de septiembre decidió que una cuarta sería demasiado para la imagen de una empresa que, entre otras cosas, tiene en las herramientas de teletrabajo y trabajo distribuido una de sus principales fuentes de ingresos.
Por eso, en septiembre anunciaron que los empleados de Microsoft podrían seguir trabajando en remoto de forma indefinida, aunque, eso sí, dejaban una puerta abierta a pedir el regreso a la oficina cuando la pandemia se haya controlado definitivamente.
“Dada la incertidumbre de COVID-19, hemos decidido no intentar pronosticar una nueva fecha para la reapertura total de nuestros sitios de trabajo y hacerlo tan pronto como seamos capaces de hacerlo de forma segura basándonos en los consejos de salud pública”, dijo entonces Jared Spataro, vicepresidente corporativo de Modern Work en Microsoft.
Los de Redmond, Washington, anunciaron una primera reapertura para marzo de 2021, que se retrasó por el aumento de casos a septiembre. En agosto, el avance de la variante Delta les obligó a posponer de nuevo el regreso a las oficinas a octubre, y en septiembre decidieron que, como dicha variante seguía transmitiéndose en Estados Unidos, no volverían a hablar de presencialidad hasta nuevo aviso.
Amazon deja la decisión a los mandos intermedios
Amazon, por su parte, estableció en octubre de 2021 que fuesen los directores de cada equipo los que decidiesen si sus subalternos podían teletrabajar o no. En un principio, el gigante del comercio electrónico había dispuesto que sus empleados volviesen a las oficinas en enero de 2022, pero su flamante CEO, Andy Jassy, decretó hace dos meses que, debido a la incertidumbre que sigue provocando la pandemia de la Covid-19 y a que no en todos los lugares se dan las mismas circunstancias, la decisión sobre si se debía regresar a la oficina o no la tomaría cada responsable de equipo.
Salesforce, flexibilidad total desde febrero
Salesforce anunció sus planes de trabajo a largo plazo en febrero de 2021, cuando informó de que permitirría a sus empleados elegir libremente entre tres opciones: híbrida, completamente en remoto o en la oficina. Con una única limitación, como ya comentamos con anterioridad, que no podrían acogerse a opciones en remoto aquellos profesionales cuyas tareas exijan su presencia física.
Facebook, Twitter y Spotify, teletrabajo para siempre
Facebook -ahora Meta-, por su parte, anunció muy pronto, en mayo de 2020, que ofrecería a buena parte de sus empleados la opción de teletrabajar para siempre, e informó de que esperaban que al menos el 50% de su plantilla eligiese esta opción en los próximos años. Eso sí, con una contraprestación que podía desincentivar a muchos: un ajuste salarial en función del lugar en el que elijan vivir.
Twitter adoptó medidas similares también en mayo de 2020, aunque en su caso sólo ajustaron el sueldo a aquellos empleados que decidiesen abandonar la costosa Bahía de San Francisco para ubicarse en otros lugares.
Casi un año después de Facebook y Twitter, Spotify se sumó al teletrabajo permanente en febrero de 2021 para todos sus empleados, con una importante novedad: sus empleados conservaron el sueldo íntegro que tenían en sus puestos de origen.
Orange presencial primero, Telefónica ‘remote first’
En nuestro país, recientemente hemos sabido que Orange ha modificado su convenio colectivo para que todos sus empleados puedan acogerse a dos días de teletrabajo si lo desean, con la excepción de aquellos que requieran estar presentes en la oficina para realizar sus tareas la semana completa, según publicó el Boletín Oficial del Estado (BOE) el pasado 2 de diciembre. No obstante, el documento deja claro que el trabajo en remoto “será voluntario y reversible para ambas partes”.
Telefónica, por su parte, estableció desde finales del pasado mes de septiembre un modelo por el que sus empleados podían teletrabajar hasta tres días a la semana.
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